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EPIDEMIOLOGÍA

La poliomielitis es una enfermedad aguda transmisible, causada por agentes virales, los Poliovirus, del grupo de los enterovirus. Existen 3 serotipos, denominados 1, 2 y 3, de los que el serotipo 1 es el agente causal más frecuente en general y el hallado en la mayoría de las epidemias.

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La poliomielitis es una enfermedad de gravedad y expresión clínica variable, siendo la forma más frecuente la asintomática (infección silenciosa). La edad es determinante en la clínica, afectando más los cuadros paralíticos a adultos y adolescentes. Además de la infección asintomática que representa el 90-95% de los casos, existen cuadros menores (4-8%) caracterizados por síndrome febril inespecífico, con cefalea, odinofagia, etc. A veces esta forma da paso a la enfermedad paralítica, aunque también puede instaurarse ésta de forma inicial. La forma mayor o paralítica se caracteriza por la parálisis flácida aguda asimétrica con la sensibilidad conservada, debido a daños en la neurona motora. Se acompaña de fiebre y el grado máximo de parálisis se alcanza al 3º-4º día y generalmente mejora durante la convalecencia. Pero en los casos en que ésta persiste más de 60 días es muy posible que sea permanente.
Se estima que sólo un 1-2 % de las infecciones cursa con parálisis permanente. Tardía y excepcionalmente, tras varios años de recuperación, aparece un deterioro progresivo de músculos previamente sanos o recuperados, que se atribuye a un mecanismo inmunológico, sin persistencia de la infección. Existe también una forma de meningitis aséptica por poliovirus, en un 1-5 % de los casos, que se resuelve generalmente con recuperación completa en menos de 10 días.
El mecanismo de transmisión exige contacto directo, estrecho, con secreciones faríngeas o heces, dándose más habitualmente en el medio familiar. La transmisión fecal-oral se facilita, lógicamente, cuando existen condiciones deficitarias de higiene y saneamiento ambiental. La vía respiratoria es menos frecuente, pero adquiere mayor importancia relativa en lugares donde las condiciones higiénico- sanitarias son adecuadas. 
Antes de contar con las vacunas antipoliomielíticas la enfermedad tenía una distribución mundial. Como consecuencia de los programas de inmunización y el Plan de Erradicación de la OMS, la circulación del virus salvaje de la poliomielitis se ha circunscrito a un número cada vez menor de países, disminuyendo el nº de casos notificados en más del 99% desde 1988, habiendo pasado de 350.000 casos estimados entonces a los 359 casos notificados en 2014 y los 42 notificados en 2016.

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